Buenos días a todos, aunque lo de buenos es un decir, hoy quiero compartir con vosotros una noticia que a mí me ha roto el corazón. El pasado día 24 tuvieron que sacrificar a una de mis perritas y no me pude despedir de ella. Bueno voy a contaros la historia desde el principio.
Hace casi 14 años tenía autentico pánico a los perros, es por eso que mi padre decidió comprarme uno, así a la fuerza tendría que perder ese miedo. Nos recorrimos montones de tiendas de animales en Vilafranca del Penedés, recuerdo a un cocker negro precioso que quería que me lo llevara a casa pero algo me decía que ese perro no era para mí, aunque era un amor. Entonces pasamos por delante de una zapatería en la que tenían una sección que vendían pajaritos, y entre todos esos pájaros estaba ella, mirándome con mala cara y con esa lengüita que medio asomaba por la boquita. Le dije a mi padre –quiero ese- así que entremos y pusieron a ese pequeño cachorrito de 2 meses en mis brazos, aunque ya desde el primer momento no le caí bien a la perrita pues no quería venir conmigo, todavía recuerdo lo que pagó mi padre por ella, 10.000 pesetas. Una vez en el coche fui notando que ese perro era muy puñetero, pues como yo no le gustaba se me hizo pipi encima… siempre ha sido muy puñetera, jejeje. Cuando lleguemos a casa decidimos que se llamaría Canela, todavía no tenía ni canastilla para que durmiera ni nada, así que la metí en una cuna de juguete para que no se escapara. En esos momentos mi padre me explicaba las normas que debía seguir con la perra en casa, una de ellas era –el perro tiene prohibido subir al sofá- antes de que terminara la frase oímos unos ronquidos, nos dimos cuenta de que la perrita no estaba en su cuna (a día de hoy sigo sin saber cómo salió de ella) y sin saber como lo hizo se subió al sofá y se puso a dormir detrás nuestro. Luego llegó mi madre de trabajar y se enfadó mucho porque compramos a la perrita, aunque al cabo de una semana ya no se separaba de ella para nada. Yo conseguí perder el miedo a Canela, pero el resto de perros seguían dándome pánico, es por eso que al cabo de un año paseando nuevamente por Vilafranca en el mismo escaparate en el que vi a mi Canelita estaba la perrita que a día de hoy vive conmigo, mi Betty. Bueno, como esta historia es sobre Canela centrémonos en ella. Cuando la perrita pequeña cumplió su primer año empezó a haber celos entre Betty y Canela, no paraban de pelearse, y si las dejabas eran capaces de matarse : ( Las llevamos a un centro de adiestramiento del cual estoy muy descontenta por su trato con los animales, allí donde unos pueden ver disciplina yo veo un maltrato a los animales, hay muchas maneras de adiestrar a un animal que no tienen que pasar por molerlo a palos, se me partía el alma cuando veía como pegaban a mis perritas, yo gritaba al adiestrador, creo que lo odiaba con toda mi alma por lo que les hacía, total, para que al final no sirviera de nada, nos llamaron del centro para decirnos que teníamos que llevarnos a las perritas porque Canela se negaba a comer y estaba muy triste, diría que desde que la dejamos en el centro se le creó un trauma, tenía mucho miedo al abandono. Como no conseguimos que las perritas dejaran de pelearse decidieron regalar a Betty, creo que no había llorado tanto en la vida como el día que me dijeron que la regalaban, Betty era la que siempre estaba conmigo, mi mejor amiga, pero afortunadamente el chico que se comprometió a llevársela nunca apareció y si lee esto cosa que dudo, quiero que sepa que le estaré eternamente agradecida por no haber venido a buscar a Betty. Pasaron los años y teníamos que tener a las perritas siempre separadas porque los celos iban en aumento. Un año empezó a nevar y bajamos a la calle a jugar con los perros, nos divertimos muchísimo, pero Canela se puso enferma, el frio de la nieve le causó un resfriado tremendo de cual nunca se recuperó al 100%, desde entonces tendría dificultades respiratorias hasta que muriera. Siguieron pasando los años hasta que un día mirando a Canela le digo a mi madre –mama mira la Canela, que vaga que es, no para de sentarse jejeje- siguió transcurriendo el día y la perrita no paraba de sentarse cada dos pasitos que daba, por la noche ya vimos que algo malo ocurría cuando de golpe empezó a arrastrarse con las patitas de adelante. Fuimos corriendo al veterinario de urgencias y de ahí la llevaron al hospital veterinario de Molins de Rei. Nos contaron que teína una hernia en la espalda y que aunque la operaran no había ninguna garantía de que volviera a caminar, incluso nos plantearon la idea de sacrificarla. Aún así mis padres apostaron por ella, y se recorrieron varios bancos de Barcelona para que les concedieran un crédito para operar al perro ya que era una operación muy costosa. Finalmente la operaron y poco a poco le hicimos rehabilitación en casa para que recuperara la sensibilidad, yo le hacía cosquillas en las patitas de atrás y se enfadaba, pero eso era bueno, señal de que algo sentía. Al tiempo empezó a salir a la calle pero no quería caminar, hasta que un día un vecino estaba merendando un bikini, Canela lo olió y empezó a caminar. Se me saltaron las lágrimas al verla moverse por fin. Los médicos quedaron gratamente sorprendidos al ver todo lo que había mejorado. Siguieron pasando los años y ya empezamos a llegar al final de nuestra historia. Yo me marché de casa hace un año y mis padres se mudaron a Murcia, pero cambiándose de casa cada dos por tres, y eso para un perro con miedo al abandono es malísimo, le provoca un nivel de estrés tremendo, cada vez que veía una maleta se metía dentro para que no te olvidaras de ella. Hace una semana empezó a beber agua sin parar y orinaba y defecaba sin darse cuenta. El lunes 24 dejó de mover las patitas de atrás y mi padre decidió que ya estaba sufriendo demasiado y que era hora de sacrificarla. Yo me enteré de esto el día 25 y me duele no haberme podido despedir de ella. Aunque sin saber que había fallecido el 24 por la noche soñé con ella, que mis padres me la traían para que me despidiera porque la iban a sacrificar, pienso que de alguna manera ella vino a despedirse de mí en ese sueño.
Después de explicaros la vida de mi perrita solo me queda decir dos cosas. Nunca te olvidaré y estés donde estés TE QUIERO.
P.D: Queria poner más fotos pero no se que le ocurre al escaner y no lo detecta.